miércoles, 15 de septiembre de 2010

Anopheles y Aedes

Anopheles y Aedes…estos son algunos de mis enemigos para estas vacaciones. Tiene narices, con todos los peligros que yo puedo imaginar: atracadores, piratas, extorsionadores, cambistas, chorizos de poca monta, etc. Al final 2 pequeños, diminutos mosquitos me van a tener todas las vacaciones pedaleando con manga larga y mal durmiendo dentro de una mosquitera.


No me libra nadie de tenerlos cerca, incluso posados sobre mi. Las áreas del Mekong son las más expuestas y se sabe, que miles de personas, sobre todo niños, mueren de malaria en laos y Camboya.

Cosas que no puedo olvidar: mosquitera, relec extrafuerte y ropa larga.

El amigo Anopheles suele trabajar al atardecer, amanecer y durante la noche. Es la hembra y además “preñada”, y además picando previamente a un infectado, cuando te puede trasmitir los parásitos de la malaria, éstos se van al hígado y te hacen explotar los glóbulos rojos. Se puede presentar a los 10 días a los 8 meses. Es bueno visitar en tu localidad a la vuelta del viaje un centro de vacunaciones tropicales, en mi caso Carlos III en Plaza de Castilla.

El amigo Aedes se propaga por la picadura de un hembra de Aedes aegypti infectada, que ha adquirido el virus causal al ingerir la sangre de una persona con dengue. El mosquito infectado transmite entonces la enfermedad al picar a otras personas, que a su vez caen enfermas, con lo que la cadena se perpetúa. Como no hay manera de saber si un mosquito transporta o no el virus del dengue, la gente debe tratar de evitar toda clase de picaduras. Éste suele trabajar por la mañana y por la tarde y en zonas rurales.

Conclusión: unos pican zonas rurales, otras en zonas pobladas, unos pican al atardecer y amanecer y durante la noche y los otros durante el día….madre mía!!!! No quedan ni horas ni lugares donde estar tranquilo!!!!!

2 comentarios:

Bea dijo...

Don´t worry, be happy!!!!

goyogorri dijo...

Según los lugareños,las mejores tácticas para los mosquitos y otros insectos son el MANOTAZO y el ZAPATILLAZO.
¡INFALIBLE, OIGA!